24 de enero de 2018

Sevilla 3 - Atleti 1. Frena velocidad, que no lo entiendo.


De primeras, felicitar al rival por su pase a semifinales. Ha sido superior, ha pasado justamente. Tácticamente ha realizado una eliminatoria impoluta, ha jugado con mucha inteligencia en ambos encuentros y, especialmente, nos ha superado en algo que nunca nadie debería hacerlo: en entusiasmo.

Desde el primer instante del comienzo de la misma, desde que les vi conjurarse en la grada del Metropolitano en el partido de ida, he tenido todo el rato la impresión de que al Sevilla le apetecía más la eliminatoria que a nosotros. Eso, por un lado, me mola. Da magnitud a todo lo conseguido por el Cholo. Para ellos ha sido la eliminatoria de su vida, que es como hay que afrontar este tipo de partidos, por otro lado. No hay más que ver cómo estaba ayer el campo y el ambientazo que había. No sé hasta dónde llegarán y me importa una mierda, dicho sea de paso, pero la realidad es la que es. Dicho todo esto, me produce una enorme tristeza y decepción que no seamos capaces de conseguir y, ni siquiera, igualar, ese entusiasmo. Porque, señores, que nadie se engañe, el Atleti sin entusiasmo, no es nada. Por muchos jugadores que manguemos a los rivales. Sencillamente nada. Y así se está demostrando este año.

No creo que sea momento tampoco de crucificar a nadie, aunque va a ser muy jodido llevar el resto de temporada. El invierno va a ser duro de pelotas, ya les anticipo. Por eso, nuestra motivación debe ser la de que somos del Atleti, y no le podemos abandonar. Entre el nuevo campito y la escoria del palco nos va a costar, pero es lo que hay. Nunca ha sido fácil ser colchonero, y nunca lo va a ser (menos, para los que hemos mamado otro Atleti mucho más humano, mucho más auténtico y, sobre todo y principalmente, NUESTRO), así que toca tirar de fibra propia. Cada uno que investigue dentro de su corazón y encuentre la razón de seguir apoyando a este equipo. Que busque en la ilusión con la que iba cuando marchaba hacia el Calderón con toda su familia y su mamá de la mano. Que bucee y recuerde con cariño todos esos primeros rostros que respiraban Atleti por los cuatro costados. Que recuerde viajes, anécdotas, alegrías, tristezas. Que piensen en todas las personas que hemos podido conocer, en las amistades logradas, en el concepto de camaradería que se hemos conseguido engrandecer cada uno de nosotros … Que tiren de sentimiento, vamos. Si son auténticos colchoneros, saldrán adelante.

Del partido no voy a hablaros tampoco en exceso, salvo que, a un equipo serio y demás, no te pueden clavar un gol (golazo) a los 24 segundos de juego de la primera parte, y anotar otro a los 2 minutos de la segunda parte, aunque sea de un penalti, cuanto menos, discutible. En una eliminatoria de Copa, no. Sencillamente no. Cuando te juegas todo a una carta, ni de puta coña. Eso sí, al menos, el resto de la primera parte se jugó con valentía y competitividad (golazo antológico de Griezmann incluido, única aparición del francés en toda esta competición, dicho sea de paso). Se tuvieron ocasiones, se lució orgullo y se demostraron hechuras de lo que somos, equipo grande.

La segunda fue un desastre total, una auténtica exhibición de impotencia, gol cantado fallado por Correa incluido (aunque, con el argentino, nunca se sabe realmente hasta qué límite puede llegar a expresarse dicha definición de “gol cantado”, tengo la impresión de cada vez puede lograr escalar un peldaño más). El Atleti que siempre detesto ver, hasta el punto de que, con el tercer tanto, no aguanté más y me piré a acostar. No estoy orgulloso de lo que hice, pero es lo que me pidió el cuerpo en ese momento.

Así que llega tiempo de reflexión. Repito, tengo un montón de críticas (deportivas, sociales, estructurales) y de muchas cosas que considero que no se están realizando bien, pero no creo que sea el momento de encender el ventilador e ir soltando mierda de aquí para allá. La forma en que se está llevando este Club, desde todas las instancias del mismo, hace que se me escapen demasiadas cosas, no comprenda demasiadas historias, y, aparte, ya no voy teniendo edad para este tipo de disgustos. Demasiado vértigo. Frena velocidad, que no lo entiendo.

2 comentarios:

Gracias Luis dijo...

Buenas tardes Atléticos de bien, pues si, lo fácil sería sacar el ventilador y darle a unos y a otros, pero la eliminatoria se perdió en el centro comercial y por ese ambiente de ir de sobrados y de creerse superior al rival.

Vi ese Sanchez Pijuan y esa afición entregada y creyendo en su equipo, aunque venían de una mala racha y de ser humillados por su vecino, y nos veía a nosotros contra el Trampes,sabiéndose inferior y viendo a una de nuestras estrellas en el banquillo visitante, pero con sangre en los ojos, cosa que nosotros ya no tenemos, es una realidad.

Ese "Cholo saca a Vitolo" es mas humillante incluso la eliminación de un rival inferior y cascandote cinco (eso también es fútbol) mucho de nuestro yo anterior había en esa mierda de petición, mucho de curita de humildad, mucho de ese nuevo niño rico que se cree que va a ganar sin enfangarse.

Y sobre todo hasta los huevos de los reparte carnets y de los que te invitan a bajarte del barco, no te jode ni que fuera suyo, a la mierda se pueden ir tanto los que pitan y critican a las primeras de cambio como los talibanes cholistas.

Segundos en liga y una Europa League que disputar, así que a lamerse las heridas, aprender de lo que nos ha pasado por segunda vez esta temporada, humildad y trabajo, no hay más.

Un saludo.

dami fernández dijo...

Esta crónica era para valientes. Gran reflexión Tomi, lo único con lo que quedarse en estos partidos es con el sentimiento rojiblanco cada cual con el suyo.

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